Lo primero que le viene a la mente cuando ve un croissant es Francia. Esta emblemática masa francesa es tan omnipresente como la baguette, otro derecho nacional de nacimiento, y se puede encontrar en casi todas las panaderías francesas.

Aunque la innovación gala perfeccionó el croissant, los franceses no fueron en realidad los primeros en saborear esta masa en forma de media luna tan asociada a ellos. Siga leyendo para conocer la intrigante historia del croissant.

 

croissant¿Dónde se pueden encontrar los mejores croissants de París?

Lo primero es lo primero: ¿qué panaderías tienen los mejores croissants au beurre de París? Es cierto que este tema es muy discutible. En la capital francesa se celebran concursos anuales para determinar cuál es el mejor croissant de París, pero a veces las mejores ofertas se encuentran en los cafés más anodinos, en los que uno se para en el mostrador para zamparse un bocado.

Si no quiere arriesgarse (y créanos, no quiere hacerlo; en una ciudad con tantas panaderías, puede ser difícil dar con los mejores lugares para conseguir los mejores bocados), empiece con los croissants de Laurent Duchêne, La Pâtisserie Cyril Lignac, Gontran Cherrier o Sain Boulangerie.

Si le cuesta decidirse, ¿por qué no se apunta a nuestra ruta gastronómica por París? Le llevaremos a las mejores panaderías y restaurantes del Marais, uno de los rincones más codiciados de París para los amantes de la gastronomía.

 

¿Dónde se inventó el croissant?

Como ocurre con muchos alimentos clásicos, el origen exacto del delicado croissant es objeto de debate. Aunque se suele asociar a la cultura francesa, algunos reputados historiadores de la cocina sitúan las raíces del croissant en Austria y otros lugares de Europa del Este, gracias a un pastel llamado kipferl.

Elaborado con levadura y enrollado en forma de media luna, el kipferl lleva en circulación desde aproximadamente el siglo XIII. A diferencia del croissant actual, que se compone de finas capas de masa de hojaldre con levadura y una cantidad impía de mantequilla pura, el kipferl es mucho más denso y dulce, y se prepara con harina de trigo, leche, mantequilla, azúcar y una pizca de sal.

 

¿Quién inventó el croissant?

croissantAunque sus raíces son muy discutidas, el croissant au beurre ha recorrido un largo camino desde sus humildes comienzos en Europa del Este. A principios del siglo XX, los panaderos franceses empezaron a utilizar capas alternas de masa hinchada (pâte feuilletée) y la levadura en la elaboración de la ya clásica receta del croissant, que hoy se disfruta en casi todo el mundo.

 

¿Tiene algún simbolismo la forma del croissant?

La leyenda cuenta que la forma de media luna del croissant se debe a un grupo de panaderos vieneses que empezaron a fabricar una pasta local en forma de media luna a mediados del siglo XIX para conmemorar un intento de asedio furtivo de los otomanos a la metrópoli austriaca.

Se cuenta que un grupo de panaderos que trabajaba en las bodegas de la ciudad se percató de que las tropas otomanas hacían un túnel bajo las calles de Viena para eludir sus murallas. Alertaron a las autoridades, que a su vez dieron la patada a los otomanos, evitando así una invasión potencialmente catastrófica.

Poco después, los panaderos vieneses se unieron para rendir homenaje a los valientes que ayudaron a salvar su ciudad horneando hörnchen (cuernos diminutos en alemán), pasteles similares al kipferl en forma de media luna. La luna creciente, que sigue figurando en la bandera turca, era un símbolo del Imperio Otomano que los ciudadanos austriacos podían devorar metafóricamente cuando quisieran.

Sin embargo, según una teoría contraria, la forma de media luna se encontraba en las panaderías vienesas desde varios siglos antes del ataque de los otomanos.

 

¿Cómo llegó el hörnchen a Francia?

Cómo llegaron las hörnchen a Francia es también una cuestión abierta. Se puede adivinar que su llegada coincidió con otra exportación austriaca: la reina francesa María Antonieta, una realeza prácticamente sinónimo de pastelería. (¡Que coman pastel!)

Sin embargo, los historiadores de la alimentación también refutan esta versión y señalan que el croissant no empezó a circular por Francia hasta bien entrado el siglo XIX. Según ellos, el origen del croissant se remonta a una panadería vienesa de París, abierta en 1837 y dirigida por Ernest Schwartzer y August Zand, ambos de origen austriaco.

 

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